Martes 19 de noviembre, 2024
Los jefes de Estado y de Gobierno del G20, el principal foro de cooperación económica internacional, aprobaron este lunes 18 de noviembre en Río de Janeiro, una propuesta de fiscalidad progresiva que pone un enfoque directo en la tributación efectiva de los llamados superricos. “Con pleno respeto a la soberanía fiscal, procuraremos cooperar para garantizar que las personas con un patrimonio neto muy elevado paguen impuestos de manera efectiva”, señalaron en el comunicado oficial.
Esta medida está destinada a servir de freno a la desigualdad, financiar inversiones en torno al hambre y cambio climático y generar ingresos estimados en 250 mil millones de dólares anuales. Aunque enfrenta fuertes resistencias, la inclusión de la propuesta en la agenda del G20 representa un hito en la lucha por una mayor justicia fiscal a nivel global.
Brasil fue uno de los países pioneros en llevar adelante la propuesta que toma como punto de partida el planteamiento del economista francés Gabriel Zucman, profesor en la Escuela de Economía de París, el cual busca introducir un impuesto anual del 2% sobre el patrimonio neto total de los superricos, es decir personas con fortunas superiores a los 1000 millones de dólares. Para citar algunos ejemplos, entre ellos se encuentran personajes como Jeff Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Bill Gates, Carlos Slim, Larry Page, entre otros.
Según Zucman, una parte de los 3,300 multimillonarios del mundo no pagan ningún impuesto sobre sus ganancias anuales. Por otro lado, la economista Jayati Ghosh también ha recalcado la importancia de gravar las fortunas de estas personas, enfatizando que el aumento de sus patrimonios:
“No es resultado de la productividad, sino de las instituciones que existen actualmente y que la situación empeora cada vez, ya que los superricos pueden influir en ellas para cambiarlas a su gusto.”
Oxfam calcula que el 1% más rico de los países del G20 acapara actualmente el 31% de la riqueza total. Con esta nueva medida será posible recaudar anualmente entre 200,000 y 250,000 millones de dólares para financiar proyectos de combate a la pobreza, el hambre y el cambio climático entre los países de bajos ingresos muy endeudados, muchos en África.
La Ley de Justicia Tributaria en Honduras, promulgada con el objetivo de establecer un sistema fiscal más equitativo, ha captado la atención internacional como un modelo para la justicia social y financiera, considerando que puede servir como referencia para otros países que buscan fortalecer sus sistemas fiscales y promover la justicia económica.
Afirmó Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y presidente de la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT).“Son fundamentales para reducir la desigualdad, apoyar el desarrollo social y económico y cerrar las lagunas fiscales que socavan los ingresos tributarios.”
Además, insta a que Honduras adopte e incorpore la agenda ahora que todos los ministros del G20 coinciden en que:
“Hay que ir más allá de este impuesto mínimo sobre las grandes empresas para asegurarnos de que las personas muy ricas pagarán un impuesto mínimo, como mínimo.”
Esta legislación representa un cambio paradigmático hacia un sistema que prioriza los derechos humanos y la redistribución justa de los recursos, pues posibilitará aumentar los ingresos del Estado hondureño sin necesidad de incrementar los impuestos existentes ni crear nuevos, al tiempo que supone un fuerte golpe al régimen mundial de paraísos fiscales.
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